El P. Daniel Díaz, nuestro asesor doctrinal, nos invita a dejarnos guiar por Dios; Él siempre estará a nuestro lado en todo lo que emprendamos. Ante lo que parece imposible, que nuestra fe en Jesús nos ayude a perseverar en la misión que nos ha encomendado.
Reencontrarnos con nuestros sueños
Queridos amigos de ACDE:
Hemos celebrado recientemente la Pascua del Señor, el Misterio de su Pasión, Muerte y Resurrección. De esta experiencia brotan un llamado y un envío para todos los creyentes. El llamado es a decidirnos a vivir como resucitados con Cristo, sin más vueltas. El envío nos hace testigos de lo que nos sucedió al hacerlo y nos lanza a anunciar la Buena Noticia de que esto puede ser vivido por todos los que quieran.
La Pascua nos devuelve a nuestras familias y trabajos, transformados por la Vida Nueva de Dios. Sin embargo, al enfrentarnos a la vida diaria y la rutina nuestra percepción de esta nueva realidad se va cargando poco a poco de una mirada que reubica el primer impulso de alegría en la categoría de lo utópico. Y entonces, de un modo aparentemente más realista, nos acomoda en la aceptación de metas más alcanzables, de objetivos menos ambiciosos.
En la vida espiritual, esta resignación es funesta. Cuando perdemos la esperanza de crecer, de mejorar, de ser más buenos o más santos, dejamos de esforzarnos, y así nuestros corazones se cierran a la obra que Dios quiere completar en nosotros. No importa lo débiles que nos sintamos, los fracasos que hayamos tenido o la aparente imposibilidad de lograr una mayor conversión o un más profundo compromiso con la fe, no hay peor decisión. Tenemos que seguir creyendo en lo que Jesús está haciendo en nosotros y ser fieles en la esperanza.
En muchas ocasiones se dice que el problema de un fracaso ha estado en haber sobredimensionado nuestras expectativas de logro. Me gusta más pensar que en realidad, en las cosas más importantes, la dificultad realmente insalvable es haberse adaptado demasiado y resignar nuestras primeras expectativas. Tal vez por evitar lo arduo o doloroso, o por no querer dejar cierta comodidad o seguridad. Tal vez por no estar dispuestos a comprometernos suficientemente, o también por no querer seguir perseverando por más tiempo. Los deseos más hondos que tenemos en nuestros corazones difícilmente sean equivocados. Si son cosas buenas, es Dios mismo quien los ha puesto allí.
Traigo este pensamiento a nuestra actividad laboral. Vivir y llevar el Evangelio en nuestras empresas muchas veces puede sonar utópico. Hacer que las palabras de Jesús sean guía para ese contexto que es nuestra sociedad, puede sonar como una fantasía. Y a pesar de esto, estoy seguro que el Señor está dispuesto a acompañarnos en la tarea. ¡Cuántas cosas buenas habrán quedado por el camino porque desistimos y ya no perseveramos, porque nos desanimamos y nos dimos por vencidos en medio del camino!
Quiero animarlos a reencontrarse con sus sueños. Con esos planes que parecen casi imposibles y sin embargo serían una aplicación concreta del Evangelio allí donde pasamos tanto tiempo, en la empresa. ¿No es el momento oportuno? ¿No están dadas las circunstancias? ¿Faltan medios? Si no está en nuestras manos tendremos que pedirle a Dios que lo solucione y poner todo de nuestra parte. Pero no podemos renunciar a la misión que se nos encomienda.
Como empresarios les toca buscar los caminos para muchas cosas casi imposibles. Desde crear espacios de encuentro entre las personas y con Dios en un ámbito aparentemente poco religioso, hasta generar más trabajo digno que sea capaz de sustentar a muchas familias que viven en la pobreza. Ustedes conocen mejor que nadie cuáles son esos sueños que quedaron postergados por el camino y que seguramente, el Señor de una u otra forma les sigue proponiendo. Si no supiera que Dios estará ahí para sostenerlos y ayudarlos, diría que ni lo intenten. Pero sé que Él está siempre a nuestro lado en cada cosa que emprendemos al dejarnos guiar por Jesús. Una vez más el Resucitado nos dice “No teman, vayan a la Galilea de sus empresas y allí me verán”.
Que Jesús Resucitado los impulse a llevar una vida más plena allí donde estén y los bendiga en su tarea.
¿De qué trata este podcast?
La Reflexión Mensual ACDE es un podcast mensual que te invita a pensar sobre la temática empresaria a la luz de los valores cristianos. Hacé clic aquí para ver todos los episodios en nuestra web.
Disponible en