Nota de Prensa:
“La santidad no es una vocación particular de vida sino un modo de vivir todas las vocaciones”
El legado del Padre Rafael Braun para ACDE
Rafael Braun nació en Buenos Aires el 19 de marzo de 1935 y fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 1963. Fue colaborador de La Nación y Clarín y participó en distintos programas de radio y televisión. Era miembro de la Academia Nacional de Periodismo. Durante su extensa trayectoria, fue rector de la iglesia Santa Catalina de Siena y también miembro emérito del Consejo Directivo de la Fundación Banco de Alimentos. Como asesor de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), fue un gran impulsor del compromiso de los empresarios en favor del desarrollo del país y de su involucramiento con el bien común.
Desde ACDE lo recordamos por su inteligencia, sutileza, la profundidad de sus reflexiones, así como su sentido de la paternidad. Alejandro Preusche, ex presidente de la institución, destaca “su predisposición y cercanía para acompañarnos en momento difíciles particularmente” y comenta: “Él fue una de las razones por las que acepté ser presidente de ACDE y verdaderamente cumplió con las expectativas. Fue un gran guía para mí en lo personal y para el Consejo y la institución. Siempre iluminado por la caridad, y el amor a Dios y al prójimo”. Por su parte, Juan Vaquer -presidente de ACDE- expresó: “El mejor homenaje que podemos hacer como empresarios es vivir los valores cristianos que predicó. Después de todo, el Compromiso Personal Empresario (CPE) está inspirado en sus enseñanzas”.
Entre las numerosas enseñanzas que su trayectoria nos deja, hoy celebramos su vida con algunas de sus reflexiones sobre ser cristiano en el mundo actual: “Cada día estoy más convencido que la santidad de vida es el camino más eficaz y corto de cambiar la cultura, porque suscita, en efecto, un nivel y calidad de vida más humano en la sociedad terrena. Para ser santo no hay que retirarse del mundo, sino habitarlo con la llama encendida del Espíritu Santo en el corazón, la inteligencia y la voluntad. La santidad no es una vocación particular de vida sino un modo de vivir todas las vocaciones. Un modo heroico de vivir la coherencia que reclamaba Pablo VI: ´El mundo exige y espera de nosotros sencillez de vida, espíritu de oración, caridad para con todos, especialmente para con los pequeños y los pobres, obediencia y humildad, desapego de sí mismos y renuncia. Sin esta marca de santidad, nuestra palabra difícilmente abrirá brecha en el corazón de los hombres de este tiempo. Corre el riesgo de hacerse vana e infecunda´. Esto es lo que pienso que debe ser un cristiano hoy en Buenos Aires”. Estas palabras nos invitan a reafirmar nuestro llamado al Compromiso Personal Empresario en pos de una cultura corporativa al servicio de una sociedad más justa e inclusiva.
Agradecemos su difusión.