Queridos socios y amigos de ACDE,
Ser rechazado, padecer, morir… y al tercer día resucitar. Esta es la dinámica que celebra el Misterio de la Pascua y que está llamada a cobrar centralidad en nuestra reflexión durante la Semana Santa. Si seguimos los pasos que dio Cristo en su camino de la cruz gradualmente se irá derramando una luz nueva sobre el sentido de nuestro caminar cotidiano.
Como cristianos en la empresa muchas veces hacemos experiencia de cruz. Se nos rechaza en nuestra búsqueda de una mayor justicia y verdad. Padecemos por ver postergado el bien común, el desarrollo, el bienestar para todos. Morimos cuando proyectos que debieran ser viables y generar crecimiento son postergados, castigados, desechados. Algunas veces esto sucede por el mal presente en nuestras circunstancias y otras, por nuestro propio pecado que nos demanda arrepentimiento y conversión.
La Pascua nos invita a mirar a Jesucristo que carga su madero por nuestras falencias y a aceptar sostener nuestras propias cruces para poder hacer su mismo camino. El sendero nos llevará indefectiblemente al triunfo, a la Vida, al Bien. Si somos perseverantes y no nos apartamos de sus pasos, aunque se demoren un poco, los frutos nos serán dados a su debido tiempo.
Queridos amigos, los animo a buscar estos días una actitud contemplativa que los impulse a la acción. Sean orantes para descubrirse siempre sostenidos por Dios en sus luchas y esfuerzos por vivir evangélicamente su misión en la empresa. Así podrán ser activos para seguir transformando la realidad que les toca y que ella sea su alegría al verla cada día más llena de la Vida Nueva que Jesucristo nos ha regalado.
¡Les deseo para ustedes y todos sus seres queridos una muy feliz Pascua de Resurrección!
P. Daniel Diaz
Asesor Doctrinal de ACDE