“Feliz la culpa que nos mereció a tan grande y glorioso Redentor”. El antiguo Pregón de la Vigilia Pascual canta cada año la asombrosa transformación acontecida en la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Ha pasado el tiempo del dolor y la vergüenza. La desesperanza en que quedo sumida la humanidad a partir del pecado original ha quedado atrás. La luz de la Vida Nueva nos ha revelado que en el mismo lugar de nuestra falta primera, el Señor ha encontrado la ocasión para revelar su amor infinito hacia nosotros y su compromiso absoluto con nuestra salvación.
Celebremos a nuestro Redentor que ha vencido por nosotros al poder de la muerte y del mal y nos ha regalado ser hijos del Padre eterno para compartir su grandeza y su gloria. Alegrémonos porque ahora sabemos que no hay situaciones que no puedan ser redimidas por nuestro Dios. Pidámosle que cada uno de nosotros, desde lo personal y desde ACDE, podamos con su ayuda seguir siendo, aún con nuestros límites, errores y faltas, la ocasión para que la Buena Noticia de Cristo Resucitado transforme la realidad de nuestras empresas y nuestra sociedad.
¡Muy feliz Pascua de Resurrección para todos y que el Señor los bendiga!
Padre Daniel Díaz,
asesor doctrinal de ACDE