El espíritu emprendedor no sólo fue el título elegido para el primer desayuno del año que organizara el grupo San Isidro de ACDE sino lo que sobrevoló durante las dos horas de reunión, en el salón de SIC, el pasado 27 de mayo.
Habíamos convocado a dos emprendedores singulares: Santiago Clement (32), mendocino por adopción y emprendedor por accidente, alma mater de Proyecto de Luz y Gonzalo Meyrelles (50), fundador, director, productor ejecutivo, creativo y cadete de la Agencia Prójimo, una agencia radicalmente innovadora: desarrolla su actividad en y desde la villa.
Durante ese tiempo, ambos compartieron con los socios y amigos de ACDE que concurrieron, su propia historia que termina siendo la de los sueños de la gente que los inspira y los rodea.
Santiago contó que colaboraba con gente de Chacras de Coria, en Mendoza mientras trabajaba en una cámara de bodegueros. Terminó dejando su trabajo formal para dedicarse de lleno a este Proyecto de Luz (http://www.proyectodeluz.com.ar/W/) por el cual ayudan a diversas iniciativas sociales mediante la venta el embotellado de vinos especialmente diseñados para cada organización que también colabora con la comercialización. Un típico juego de win-win que ahora estudia extender a otros sectores.
Por su parte, Meyrelles, un publicista de alma y un emprendedor tardío pero convencido, se inspiró en la gente que menos tiene para tomar de ellos la simpleza y creatividad con la que van resolviendo los desafíos diarios que le presenta una vida difícil. “Luego de diversos fracasos, tomé conciencia que no tenía nada y así me resultó más fácil poder partir desde otro lugar: mirando y sensibilizándome con qué cosas los movilizan para aprovechar todo ese riquísimo potencial”, cuenta desde su agencia Prójimo (http://www.projimo.com.ar/home-esp.html ). Desde hace un tiempo, su hábitat es la villa La Cava, en San Isidro y su profesión se refundó como publicista, pero ahora con un bagaje humano y cultural que no cambia por el glamour de la alfombra roja de Cannes, que lo tuvo alguna vez como habitué.
Dos historias diferentes pero que se cruzan en el mismo punto de convergencia: la convicción de que la co-creación no es un relato más. Toma vida con los destinatarios de cada iniciativa por la que se apasionan. Una inspiración por hacer bien el bien, que entendimos debíamos compartir con nuestros amigos de ACDE.