10 años de Francisco: El Papa que ama a los empresarios

La actividad empresarial es una noble vocación, orientada a producir riqueza, multiplicar con esfuerzo y volver más accesibles para todos, los bienes de este mundo. Las capacidades de los empresarios para hacer crecer los bienes y aumentar la riqueza son un don de Dios y deben orientarse al desarrollo de las demás personas y a la superación de la miseria, especialmente a través de la creación de fuentes de trabajo que es parte ineludible del servicio al Bien Común.

La frase pertenece al Papa Francisco, pero no la entrecomillamos porque nos tomamos la licencia de reunir en una sola enunciación, las definiciones de la actividad empresarial que corresponden a tres de sus documentos más importantes: la exhortación apostólica Evangelii Gaudium y las encíclicas Laudato Sií y Fratelli Tutti. 

Si bien el Papa habló muchas veces sobre la actividad empresarial y dirigió mensajes específicos a empresarios, por la jerarquía de las fuentes podemos considerar que la definición citada tiene rango constitucional y está más cercana a los “principios permanentes universales y certeros” que a meras orientaciones para el discernimiento de conciencia que, sin dudas, también abundan en el mensaje de Francisco.

Hagamos el esfuerzo de desgranar la definición:

  • Para Francisco, la actividad empresarial es noble. En la definición de la Real Academia Española, noble es algo “honroso y estimable en contraposición a lo deshonroso y vil”.  O sea que, para el Papa, la actividad empresarial es intrínsecamente buena. No puede ser de otra manera porque, además…
  • Es una vocación. Sabemos que, para los cristianos, una vocación es un llamado de Dios y nada puede venir de Dios que no sea bueno, bello y verdadero.
  • La vocación de los empresarios está orientada a generar riqueza con esfuerzo, entendiendo por riqueza la multiplicación de los bienes del mundo. Esta capacidad de los empresarios es un don de Dios que debe ser puesto al servicio del Bien Común para el desarrollo de las demás personas y la superación de la miseria, especialmente a través de la creación de fuentes de trabajo.

Por si hiciera falta aclararlo, el Papa ha reiterado en otros mensajes su mirada de bondad sobre la actividad empresarial. En Génova, en un encuentro con el mundo de trabajo, dijo que 

“el empresario es una figura fundamental de toda buena economía: no hay buena economía sin buenos empresarios, sin vuestra capacidad para crear productos y crear trabajo”. 

Y a la UNIAPAC, le agregó que la actividad empresarial 

“puede ser un ejercicio de la misericordia que es la participación en el amor de Dios por los hombres”.

El prejuicio de pensar en un Papa lejano

A pesar de lo dicho, paso a paso, hemos ido construyendo la imagen de un Papa que no quiere a los empresarios.

El prejuicio existe, va a cumplir diez años y entre tantos, ya lo había puesto en palabras la periodista y vaticanóloga mexicana Valentina Alazraki en aquella recordada entrevista que le hiciera al Papa Francisco en Televisa, el 13/3/2015, en el segundo aniversario de su pontificado: 

“Por su opción preferencial por los pobres, por su forma de vivir, (porque) usted habla constantemente contra el dios dinero, hay un sector de personas ricas, que han hecho bien su trabajo, que tienen su fábrica, que sienten que para el Papa Francisco los importantes son los pobres y a nosotros no nos cuida tanto… ¿qué pasa ahora? ¿Sólo los pobres son los buenos, y los ricos son los malos de la película?”

Sabemos lo que respondió Francisco y que fue allí cuando aprovechó nuevamente a proclamar la fama de santidad de Enrique Shaw. Pero para este comienzo no nos ocupa tanto la respuesta como la pregunta: la actividad económica en general y los empresarios, en particular -aún los empresarios cristianos-, no sienten al Papa Francisco como un Papa cercano. 

La ocasión del décimo aniversario de su pontificado es buena para hacer un alto y revisar si este prejuicio ideológico es verdadero o falso. Como puede que nos hayamos ido sin que nos echen, estamos a tiempo de volver sin que nos llamen.

Planteo inicial

Al pretender resumir en un artículo, un magisterio tan vasto y rico como el de Francisco, nos sentimos como San Agustín frente al niño que pretendía meter el mar en un pozo. Sin embargo, tenemos que hacer el intento. Y para ello vamos a hacer un zoom a lo largo de cuatro notas, en los puntos salientes y recurrentes de sus mensajes a empresarios.

Revisando la página del Vaticano, encontramos que el Papa habló de la actividad empresarial y dirigió no menos de 17 mensajes y discursos en encuentros con el mundo del trabajo y con organizaciones empresariales, además de las menciones ya señaladas en tres de sus documentos más importantes (Evangelii Gaudium, Laudato Sii y Fratelli Tutti).

Es bueno aclarar que, si bien todo pronunciamiento del Papa que guarde mínima solemnidad conforma el magisterio ordinario de la Iglesia (desde los más contingentes como un Discurso o un Mensaje hasta los de mayor densidad como una Encíclica o Exhortación Apostólica), en la Doctrina Social (que reúne todo el magisterio social cristiano desde Rerun Novarum hasta la fecha) se reconocen:

  • Principios que son “universales, permanentes y certeros”. El Bien Común, el Destino Universal de los Bienes, la Subsidariedad, la Participación, la Solidaridad.
  • Juicios que aplican a un momento determinado de la historia y que no pueden ser leídos sin referencia a su contexto. 
  • Orientaciones para la acción que son contingentes y deben tomarse como referencias para la praxis. 

Aunque todo el Magisterio auténtico “exige adhesión de los fieles” (Compendio DSI 80), obliga de distinta manera cuando se expresa en el ámbito de los principios “universales, permanentes y certeros” a los que todo cristiano debe sentirse obligado a adherir, que cuando expresa orientaciones para la praxis que, en todo caso, llaman a la conversión e invitan a un examen de conciencia. Es parte del discernimiento distinguir unas de otras.

Los buenos empresarios y los tres principios rectores de la actividad empresarial

En el capítulo 10 del Evangelio de San Juan, se presenta la parábola del Buen Pastor que “da la vida por las ovejas”, imagen que se contrapone con la del “mercenario” o ladrón de las ovejas.

En varios discursos, Francisco se apoya en este espejo para construir y contraponer la imagen del “buen” o “verdadero” empresario, con el especulador o mal empresario (cfr. Mensajes en Génova y a Cofindustria)

Para el Papa, el Buen empresario:

  • Conoce a sus trabajadores porque trabaja con ellos. Si el empresario no es trabajador, no será buen empresario.
  • Despedir a alguien es una decisión dolorosa y no lo haría, si pudiese (NdA: el Papa no dice que no se pueda llegar al extremo de un despido. Reconoce que hay situaciones en las que no queda otra salida, pero si tiene que hacerlo, el buen empresario sufre y llora por ello).
  • Los buenos empresarios padecen los mismos sufrimientos de sus trabajadores y no los abandonan ante los lobos que los rodean. 
  • Construyen empresas que son amigas de la gente y de los pobres.
  • Invierten para el Bien Común y no esconden su dinero en paraísos fiscales.
  • Trabajan, producen, ahorran. Es la propia vocación lo que los mueve y no la sed de ganancias. Es el gusto y el orgullo de ver la propia empresa prosperar, adquirir crédito, inspirar confianza, ampliar instalaciones. Retiran a menudo, ganancias más modestas de las que obtendrían en otras actividades (hace propias palabras de Luigi Eunadi)
  • Tienen la mística del amor.
  • Se parecen al Buen samaritano y la gente los reconoce en figuras como las de Alberto Balocco (dueño de una empresa italiana de dulces recientemente fallecido), Enrique Shaw (a quien conocemos), Adriano Olivetti (que puso límites a las diferencias salariales entre la alta Dirección y los empleados de sus compañías).

El especulador o mercenario:

  • Es una enfermedad de la economía que un empresario se transforme en un especulador.
  • Para resolver un problema de su empresa, en lo primero que piensa es en despedir a su gente. Hoy vende a su gente y mañana su propia dignidad. 
  • El especulador no ama a su empresa ni a sus trabajadores. Los usa para sacar provecho y en beneficio de sí mismo. 
  • Construyen empresas y una economía sin rostros. Por lo tanto, son despiadados. Hay que tener miedo de los especuladores y no de los empresarios. Llevan en su vida, las treinta monedas de Judas.

Al igual que les pide a los sacerdotes que tengan “olor a oveja,” les pide a los empresarios que tengan “olor a trabajo”. 

  • Estén cerca de quienes colaboran con ustedes. Tengan interés por sus vidas, sus dificultades, sufrimientos, inquietudes, alegrías, proyectos, esperanzas.
  • A menudo, cuando crecen, la vida transcurre en oficinas, reuniones, viajes, convenciones y ya no se va tanto a fábricas y talleres. Cuando un empresario pierde contacto con la vida concreta de su empresa, comienza su declive económico. No se olviden del “olor a trabajo”.

Los tres principios rectores para la actividad empresarial

En el discurso a UNIAPAC de 2018, el Papa ordena su pensamiento en tres principios rectores de la actividad empresarial, que caminan paralelos a los de la Doctrina Social de la Iglesia: dignidad inalienable de la persona humana creada a imagen de Dios; el Bien común, para que todas las personas alcancen el desarrollo integral (que es para todos los hombres y para todo el hombre) y el valor del Trabajo, como participación en la obra creadora de Dios.

  • La centralidad de las personas individuales

“Que en el centro de cada empresa esté el hombre” pide el Papa a los empresarios. No el hombre abstracto, ideal, teórico sino el hombre concreto, con sus sueños, necesidades, esperanza y cansancios. Esta atención a la persona concreta comporta una serie de elecciones importantes: significa dar a cada uno lo que le corresponde, significa saber dirigir, pero también saber escuchar, significa que el trabajo cree otro trabajo, la responsabilidad otra responsabilidad haciendo una experiencia de fraternidad y solidaridad.

  • La construcción y el servicio al Bien Común

El Papa Francisco reitera el llamado a los empresarios a ser “constructores del Bien Común y artífices de un nuevo humanismo del trabajo”. Que el Bien Común sea precisamente la brújula que oriente la actividad productiva para que crezca una economía de todos y para todos. El principio del Bien Común guía la responsabilidad social de las empresas, su investigación y tecnología, su control de calidad, hacia la construcción de una sociedad más humana y fraterna.

  • El valor moral y económico del trabajo (no a la economía del descarte)

El trabajo debe ser entendido y respetado como un proceso que va mucho más allá del intercambio comercial entre empleador y trabajador. En primer lugar, es parte del sentido de la vida, camino de desarrollo humano y de realización personal. El trabajo nos hace ser creativos a imagen y semejanza de Dios, que es el primer trabajador. El trabajo debe estar integrado en una economía del cuidado. Hoy se descarta a los niños con las bajas tasas de natalidad, a los ancianos y a los jóvenes. La mayoría no tiene trabajo. Un trabajo que cuida restaura la dignidad humana y asegura la sostenibilidad futura.

Los tres grandes riesgos o tentaciones de la actividad empresarial

En el discurso a la UNIAPAC de 2016, pero también en otros (como el que dirige a la Economía de Comunión de los Focolares en 2017), el Papa desarrolla la idea de los grandes riesgos (tentaciones) de la actividad empresarial.

  • El dinero (No a la idolatría del dinero)

Su referencia a una frase de los Padres de la Iglesia (“el dinero es el estiércol del Diablo”) en un discurso a UNIAPAC 2016, generó gran polémica. Para quienes quieran profundizar este punto es muy interesante leer la respuesta que dio el Papa a la periodista mexicana que lo entrevistó en Televisa y le preguntó específicamente sobre el tema. 

Pero saliendo de la polémica, el Papa profundiza en varios de sus textos lo que quiere señalar como advertencia a los empresarios sobre los peligros del dinero. 

  • El dinero es importante y necesario, sobre todo cuando no hay y de eso depende la comida, la escuela, el futuro de los hijos. Pero pasa a ser un ídolo cuando se convierte en el fin de nuestras actuaciones. La avaricia no es por casualidad un pecado capital. Es pecado de idolatría porque la acumulación del dinero se convierte en un fin en sí mismo. Ha sido Jesús el que le dio al dinero categoría de “señor”. Hay dos señores: Dios y el dinero que es, por tanto, anti-Dios, ídolo. Eso lo dijo Jesús. Reflexionen sobre eso.
  • Cuando el capitalismo hace de la búsqueda del beneficio su único fin, se puede convertir en una estructura idolátrica, en una forma de culto. 
  • Las empresas no deben existir para ganar dinero sino para servir al Bien Común. 
  • Las riquezas son buenas cuando se ponen al servicio del prójimo, de lo contrario son inicuas. El dinero debe servir, en vez de gobernar. Es un principio clave: el dinero debe servir en vez de gobernar.
  • Lo que yo ataco siempre es la seguridad en la riqueza. No pongas tu seguridad ahí. El dinero siempre es traicionero. Ya lo decían nuestras abuelas: “El diablo entra por el bolsillo”. Siempre. 

¿Cuál es la propuesta del Papa respecto del uso del dinero? 

La desarrolla en varios de sus mensajes (más claramente en el que dirige a la COFINDUSTRIA en 2022) y es compartirlo“La mejor forma y más concreta para no hacer del dinero un ídolo es compartirlo. Compartirlo con otros, sobre todo con los pobres o para hacer que los jóvenes trabajen y estudien venciendo la tentación idolátrica. Cuando comparten y donan sus beneficios están haciendo un acto de alta espiritualidad, diciéndole al dinero: “tú no eres mi Dios, tú no eres mi señor, tu no eres mi patrón”

¿Cómo “comparte” su dinero un empresario?

  • Una forma es la filantropía. En ese discurso a CONFINDUSTRIA agradece todo que la industria italiana ha hecho en solidaridad con el pueblo ucraniano. 
  • Otra forma son los impuestos y tasas. El Papa reconoce que es un planteo no comprendido, pero el pacto fiscal es el corazón del pacto social. Los impuestos son forma elevada de compartir la riqueza porque se transforman en bienes públicos. Por supuesto que deben ser justos, equitativos, y fijados según la capacidad de pago y que los sistemas fiscales y administrativos del Estado deben ser eficientes y no corruptos, pero los impuestos no deben verse como una usurpación. 
  • La forma superior del “compartir” es la creación de trabajo. Especialmente a los jóvenes, apoyar a las familias, apoyar la natalidad. Nunca más una embarazada despedida y no me digan que esto no pasa porque la ley no lo permite. Ustedes saben que pasa muchas veces. No hay que despedir a las mujeres cuando quedan embarazadas.
  • A modo de conclusión y con palabras del mismo Francisco: Jesús mismo dice que es muy difícil que un rico entre en el Reino de Dios. Dijo difícil, pero no imposible. Para entrar en el Reino de Dios no se pide a todos que se desnuden como el mercader Francisco de Asís. A algunos que poseen riquezas se les pide que compartan. Compartir es otro nombre de la pobreza evangélica. Enrique Shaw era rico, pero era santo.
  • La honestidad (no a la corrupción)

La corrupción es la peor plaga social. Es la mentira en búsqueda de provecho personal o del propio grupo. Es un fraude a la democracia. La corrupción es hacerse seguidor del diablo, padre de la mentira. También hay corrupción en las empresas y una de las condiciones necesarias para el progreso social es la ausencia de corrupción. Ustedes pueden verse tentados a ceder al chantaje o la extorsión, o pensar que es algo que todos hacen y que pequeños actos de corrupción no tienen importancia. Cualquier intento de corrupción, activa o pasiva, es adorar al dios dinero.

  • La fraternidad (no a la iniquidad que genera violencia)

Todas las relaciones jurídicas y económicas de la empresa deben estar envueltas en un clima de respeto y fraternidad.

El llamado a la Santidad para los empresarios cristianos

“Las actividades comerciales y gerenciales de una empresa pueden convertirse en lugares de santificación”. El Papa hace un llamado especial a los empresarios cristianos a santificarse en el trabajo e incluso pone la figura de Enrique Shaw como un modelo a imitar y un buen intercesor para alcanzar la perfección en la caridad.

  • Para el Papa, los empresarios son fieles laicos, misioneros de la dimensión social del Evangelio (NdA ese nombre es un capítulo entero, el número 4 de Evangelii Gaudium), artesanos del desarrollo para el Bien Común.

Están llamados a ser fieles a los preceptos evangélicos y a la Doctrina Social de la Iglesia en el hogar, en el trabajo y en la sociedad. Los animo a vivir la vocación empresarial con el verdadero espíritu de los discípulos misioneros. Esto implica apertura y cercanía a las situaciones de pobreza y fragilidad. Implica orientar los asuntos económicos en la dirección del Evangelio, al servicio de las personas concretas y del Bien Común. El primer reto es crear oportunidades de trabajo, especialmente para los jóvenes. 

  • Necesitan formación cristiana y la pueden obtener en el estudio del Magisterio social de la Iglesia.
  • Las actividades comerciales y gerenciales de una empresa pueden convertirse en lugares de santificación 

Cuando construyen relaciones fraternas entre empresarios, ejecutivos y empleados, fomentando la corresponsabilidad y la cooperación. Cuando atienden a la calidad de vida laboral de sus empleados, fomentando la armonía entre e trabajo y la familia. Pienso particularmente en las mujeres trabajadoras que tienen derecho al trabajo y a la maternidad.

  • Se requiere el don de ustedes mismos.

Para tener vida en abundancia es necesario aprender a dar gratuitamente. No sólo los beneficios de las empresas sino ustedes mismos. El primer regalo del empresario es su propia vida: vuestro dinero, aunque importante, es demasiado poco. La economía de hoy, los pobres, los jóvenes necesitan antes que nada de vuestras almas, vuestra fraternidad humilde y respetuosa, vuestras ganas de vivir y sólo después de vuestro dinero. En la lógica del Evangelio, si no se dona todo, nunca se dona suficiente (Discurso a la Economía de Comunión en 2017)

  • Llamados a la conversión: cuiden la relación con Dios

La heroicidad que el mundo necesita hoy de ustedes sólo puede ser sostenible con raíces fuertes. La conversión económica sólo será posible cuando vivamos una conversión del corazón; cuando seamos capaces de pensar más en los necesitados, cuando aprendamos a anteponer el bien común al bien individual. Como la tierra, cuando es bien cultivada y cuidada da abundantes frutos, así también nosotros, cuando cultivamos la salud espiritual, cuando tenemos una relación bien cuidada con el Señor, comenzamos a dar muchos frutos buenos.

  • El discernimiento frente a los conflictos de conciencia

No es fácil en la vida cotidiana, conciliar las exigencias de la fe y de la Doctrina Social de la Iglesia con las necesidades y los límites impuestos por las leyes del mercado y la globalización. Nunca ha sido fácil ser cristiano y tener responsabilidades en el mundo que es, de por sí, lo contrario a Dios y a su voluntad. Querer transformar el mundo con Cristo puede llevar, a veces, al martirio. Pero creo que los valores evangélicos que quieren poner en práctica en la gestión de sus empresas brindan la oportunidad de un auténtico e insustituible testimonio cristiano.

  • Simplicidad y sobriedad

Los invito a comprometerse en un camino de simplicidad y sobriedad. Las decisiones que tengan que tomar serán más libres y serenas y ustedes mismos tendrán más paz y alegría. Porque la simplicidad nos permite detenernos a valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos

Conclusiones:

Leer una veintena de discursos y referencias papales a la actividad empresarial permite comprobar el corazón grande con el que Francisco nos llama a cumplir el querer de Dios en una actividad noble y a través de la cual Dios sigue amando a los hombres. “Que a alguno esto le parezca exagerado quizás es por mis pecados que yo digo palabras fuertes y no soy lo suficientemente bueno y pastor como para llegar al corazón de los empresarios”, responde el Papa a Televisiva. Si el Papa ensaya esta humilde autocrítica quizás nosotros también debamos hacer la nuestra y reconocer que no hemos profundizado lo suficiente y más de una vez nos quedamos con la frase sacada de contexto, con algún gesto inconveniente o no bien comprendido y que seguimos leyendo a Francisco con nuestras propias anteojeras ideológicas…


Fuentes:

Referencias a la vocación empresarial en documentos

  • Evangelii Gaudium 203

La vocación de un empresario es una noble tarea, siempre que se deje interpelar por un sentido más amplio de la vida; esto le permite servir verdaderamente al bien común, con su esfuerzo por multiplicar y volver más accesibles para todos los bienes de este mundo”

  • Laudato Sií 129

“La actividad empresarial, que es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde instala sus emprendimientos, sobre todo si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común”

  • Fratelli Tutti 123

“Es verdad que la actividad de los empresarios «es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos»[101]. Dios nos promueve, espera que desarrollemos las capacidades que nos dio y llenó el universo de potencialidades. En sus designios cada hombre está llamado a promover su propio progreso[102], y esto incluye fomentar las capacidades económicas y tecnológicas para hacer crecer los bienes y aumentar la riqueza. Pero en todo caso estas capacidades de los empresarios, que son un don de Dios, tendrían que orientarse claramente al desarrollo de las demás personas y a la superación de la miseria, especialmente a través de la creación de fuentes de trabajo diversificadas”. 


Links a discursos y mensajes a empresarios

  • Entrevista en Televisiva 13-2-2015.

https://www.infobae.com/2015/03/13/1715672-la-entrevista-completa-del-papa-francisco-la-cadena-televisa/

https://www.vatican.va/content/francesco/en/speeches/2015/october/documents/papa-francesco_20151031_ucid.html

  • Discurso a COFINDUSTRIA (Confederación General de la Industria Italiana) 27-2-2016

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/february/documents/papa-francesco_20160227_confindustria.html

  • Discurso a la Conferencia de UNIAPAC 17-11-2016

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/november/documents/papa-francesco_20161117_conferenza-uniapac.html

  • Discurso a la reunión de la Economía de Comunión organizada por el Movimiento de los Focolares (4-2-2017)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2017/february/documents/papa-francesco_20170204_focolari.html

  • Encuentro con el mundo del trabajo en su visita a Génova (27-5-2017)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2017/may/documents/papa-francesco_20170527_lavoratori-genova.html

  • Mensaje al XXVI Congreso Mundial de UNIAPAC (22-11-2018)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont-messages/2018/documents/papa-francesco_20181122_messaggio-uniapac.html

  • Discurso al Consejo para un Capitalismo Inclusivo (11-11-2019)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2019/november/documents/papa-francesco_20191111_consiglio-capitalismo-inclusivo.html

  • Discurso a un grupo de jóvenes empresarios franceses (2-12-2019)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2019/december/documents/papa-francesco_20191202_imprenditoricattolici-francesi.html

  • Videomensaje al XXIV Encuentro anual de ACDE (30-6-2021)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont-messages/2021/documents/20210630-videomessaggio-acde.html

  • Discurso a una delegación de empresarios franceses (7-1-2022)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2022/january/documents/20220107-imprenditori-francia.html

  • Discurso a la COFINDUSTRIA (Confederación General de la Industria Italiana) 12-9-2022 (en italiano)

https://www.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2022/september/documents/20220912-confindustria.html

  • Discurso en el Encuentro “Economía de Francisco” 24-9-2022

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2022/september/documents/20220924-visita-assisi.html

  • Discurso a un grupo de empresarios españoles (17-10-2022)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2022/october/documents/20221017-imprenditori-spagna.html

  • Discurso al Congreso Mundial de UNIAPAC (21-10-2022)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2022/october/documents/20221021-congresso-uniapac.html

  • Discurso a un grupo de empresarios mexicanos (17-2-2023)

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2023/february/documents/20230217-imprenditori-messico.html


Nota originalmente publicada por Daniel Martini en Portal Empresa, la revista digital de ACDE: