El lunes 11 de marzo, en la sede del obispado castrense, en el barrio porteño del Retiro, quedó conformado el Tribunal Eclesiástico Castrense que examinará un presunto milagro atribuido a la intercesión del Siervo de Dios Enrique Shaw. Luego, reunidos en la catedral castrense Stella Maris, el obispo castrense, Mons. Santiago Olivera, tomó el juramente canónico a los integrantes del tribunal.
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En horas de la mañana del lunes 11 de marzo, en la sede del Obispado Castrense, en el barrio porteño del Retiro, quedó conformado el Tribunal Eclesiástico Castrense que examinará un presunto milagro atribuido a la intercesión del Siervo de Dios Enrique Shaw. Inmediatamente, reunidos en la catedral castrense Stella Maris, el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, tomó el juramente canónico a los integrantes del tribunal.
Dicho tribunal quedó conformado así: juez delegado e instructor, monseñor José Antonio Passarell, tucumano de 65 años, licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Gregoriana de Roma; promotor de justicia, presbítero Juan Lisandro Scarabino, rosarino de 38 años, doctor en Derecho Canónico; perito médico, presbítero Sergio Omar Fochesato, cordobés de 55 años, médico cirujano; notario actuario, abogado licenciado Carlos Alberto González, canciller y secretario general del obispado castrense; notaria adjunta, Cecilia Imbrogno, virgen consagrada.
Con la instalación del tribunal se inicia el proceso de canonización del Siervo de Dios Enrique Shaw, lo que abre una especial oportunidad, tanto para Enrique Shaw, de quien se estudiará el posible milagro, como para la diócesis castrense, puesto que es la primera vez que se presenta una causa de esta magnitud.
Tras la lectura de la biografía del Siervo de Dios por parte del canciller castrense, presbítero Francisco María Rostom Maderna, el vicepostulador de la causa, doctor Juan Gregorio Navarro Floria, leyó ante los presentes una síntesis del presunto milagro y solicitó en forma expresa, al obispo castrense, monseñor Olivera, la iniciación del proceso.
Luego de las firmas de los documentos correspondientes, monseñor Olivera se dirigió a los presentes, expresando el beneplácito que provoca a la diócesis castrense el hecho de iniciar este proceso, y señaló que Enrique Shaw “fue un integrante de nuestra Armada Argentina, un destacado padre de familia y un ejemplo de empresario, sin dudas nos produce mucha alegría iniciar esta causa, es un día muy importante para el obispado castrense de la Argentina”.
Recordando su diálogo con el Santo Padre, dijo que cuando le habló sobre Enrique Shaw, “el Papa manifestó su admiración por este Siervo de Dios y la importancia que tiene que pronto pueda ser puesto como modelo para los empresarios y modelo de laico”.
El acto concluyó con la Oración del Siervo de Dios, Enrique Shaw, y un especial ruego a Nuestra Señora Stella Maris, Patrona de la Armada Argentina, Fuerza Armada a la que perteneció el Siervo de Dios.
Breve biografía de Enrique Shaw
Nació el 26 de febrero de 1921. A los 4 años, en 1925, perdió a su madre. Su padre, cumpliendo con el pedido de su esposa, confió la formación de su hijo a un sacerdote sacramentino.
Fue alumno del colegio De La Salle, donde recibió su enseñanza y cultivó su vida espiritual. Posteriormente ingresó en la Escuela Naval Militar donde afloró un extraordinario testimonio de fe. Mientras surca los mares del sur, descubre su compromiso con la labor apostólica. En 1943 se casa con Cecilia Bunge, con quien forma su familia y tienen 9 hijos. En 1945 pide la baja en la Armada Argentina, para responder a su vocación por Dios con una especial misión.
Su corazón lo llevó a querer convertirse en obrero con el ánimo de ejercer su apostolado entre la clase trabajadora, pero el consejo de un sacerdote le abre otra perspectiva y decide llevar el Evangelio al empresariado. Enrique Shaw fue uno de los impulsores de la creación de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y fue su primer presidente.
Integró el primer Consejo de Administración de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA); trabajó para conformar el Movimiento Familiar Cristiano (MFC) y promovió la sanción de la Ley de Asignaciones Familiares. Tras una vida repleta de logros y trabajos, con apenas 41 años de edad su vida se apagó. Pese a ello sus reflexiones están más vivas que nunca. Decía el propio Enrique Shaw: “Nada anda bien en una sociedad donde muchos están mal”; “En la empresa hay que hacer crecer a los trabajadores en su dignidad”.+