Mensaje de los empresarios cristianos: «Nuestra mayor preocupación es que se mantenga la paz social»

La flamante presidenta de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), Silvia Bulla sostiene que no hay salida hoy de la pobreza sin planes sociales. El énfasis en la educación.

Silvia Naishtat

Silvia Bulla es la primera mujer al frente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), una entidad con presencia en el interior, 1.000 socios dueños o directivos de empresas de varios tamaños, y que se define como un ámbito de reflexión de la temática empresaria a la luz de los valores cristianos con un fuerte compromiso social.

 Bulla asume en un año electoral y sacudido por la crisis. Esta licenciada en Estadística es una reconocida experta en Recursos Humanos. Actualmente es directora de Recursos Humanos para América Latina de IFF (International Flavors and Fragances) y presidente de Danisco y Solae Argentina. Fue titular de la multi DuPont en Argentina, donde se desempeñó durante 32 años. Bulla tiene mandato hasta 2026 y reemplaza a Gonzalo Tanoira, de la cítrica San Miguel.

ACDE cumplió 70 años y fue fundada por Enrique Shaw, el empresario fallecido en 1962 que estuvo al frente de Cristalerías Rigolleau y, en medio de una fuerte caída de las ventas, en otro de los ciclones económicos de la Argentina, preservó las fuentes de trabajo. Shaw está en el camino de ser santo, ya es venerable. Y sería la primera vez en la historia de la humanidad que un empresario se convierte en santo.

—¿Cuál es la relación de Acde con el Papa?

—Estamos esperando recibirlo. Le hemos escrito una carta en ocasión de los 10 años de su papado para decirle que lo necesitamos con nosotros para unir a los argentinos, para acompañar todas las dificultades.

—Usted es la primera mujer al frente de ACDE en otra crisis muy difícil para el país…

—ACDE es una organización de personas que busca construir una cultura de encuentro dentro de una sociedad que se fragmenta y divide. Queremos unir, acercar, generar lazos y puentes. Ponemos a la persona en el centro de la empresa y la economía, bregamos por un país moderno e inclusivo, sin la pobreza que nos escandaliza.

—¿Cómo se aplica la doctrina social de la iglesia en el interior de las empresas?

—En el cómo lo hacemos. Y nuestro cómo tiene valores. Con 32 años de experiencia empresarial, me ha tocado liderar en distintos momentos en las empresas. Afortunadamente, las empresas en las que estuve y en la que estoy consideran los valores como algo central. La ética, el respeto a las personas, la seguridad de los empleados, el respeto al medio ambiente.

—Usted se desempeña en una firma con miles de empleados, ¿cómo es su práctica?

—He participado en transformaciones organizacionales. Tengo responsabilidad de recursos humanos para América Latina, en esta compañía que tiene casi 4.000 empleados con 15 localizaciones entre plantas y laboratorios. Y entiendo que las empresas que no se transforman mueren. A veces hay que retroceder, achicarse, ceder mercados. Hay que hacer lo que hay que hacer porque la supervivencia de la empresa es muy importante. Las empresas generan riqueza, generan trabajo y si no se transforman van a dejar de generarlo. Pero el trabajador no puede ser quien reciba las consecuencias de las decisiones. Hay que acompañarlo a lo largo de la implementación de esas decisiones.

—¿Cómo se acompaña cuando se reducen planteles?

—Me ha tocado liderar reestructuraciones muy grandes, cierres de plantas y en todo momento siempre lo viví con muchísima responsabilidad. Conozco en persona lo que significa ser despedido, ser despedida, mi padre ha pasado por eso, muchas personas cercanas, entonces no me es ajeno el dolor que significa. A los líderes que les toca llevar adelante esas decisiones lo tienen que hacer con esa responsabilidad. Y nosotros desde ACDE pensamos qué haría Cristo en ese momento, cómo abrazaría a esas personas, cómo los acompañaría para su reinserción rápida. Ayudando a que adquieran nuevas habilidades. Ahí se hace la diferencia.

—¿Cuál es su visión sobre los planes sociales?

—Hay una visión de foto y una visión de película. En la visión de foto realmente creo que son necesarios. Creo que la pobreza es un fenómeno que hoy realmente es tan grande que no hay una salida de eso sin hoy los planes sociales. En la imagen de película creo que todos somos responsables de que esa foto cambie. La paz social para nosotros es una de nuestras principales preocupaciones, que se mantenga la paz social del país. Por tanto, los planes sociales son una necesidad hoy y nos gustaría que sean un lugar del que vayamos saliendo en la medida en que el país genere oportunidades genuinas de trabajo. De hecho, como ACDE, estamos muy involucrados en programas de reinserción de personas para reinsertar grupos vulnerables.

—¿Le preocupa la grieta, la fragmentación?

—Nos preocupa la falta de diálogo. Nosotros estamos abiertos a hablar, a sentarnos en la mesa con todos. La preocupación es, por un lado, la paz social; por otro lado, la cooperación, la colaboración, el diálogo. Y obviamente a veces la grieta es algo que nos aleja de todo esto.


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