28.06.2020| Clarín| Autor: Silvia Naishtat
Por la pandemia será la primera vez en 23 años que el encuentro anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) se realiza de manera virtual y la segunda vez que será presidido por una mujer. Esta entidad, que hace hincapié en los valores y ejerce amplia influencia en los dueños y directivos de empresas de diversos tamaños, eligió como presidenta del Encuentro que se realiza el próximo 7 de julio a Silvia Torres Carbonell. Se trata de una de las impulsoras de la economía del conocimiento y mentora de la mayoría de los emprendimientos de alto impacto de la Argentina. Al Encuentro lo bautizaron “Co-crear para reconstruir”. Todo un mensaje. Alberto Fernández fue invitado al cierre.
-¿Cuál es el rol de los empresarios en la reconstrucción?
-Resumo la situación actual en PDO: Peligro. Desafío, Oportunidad. Y la pregunta es ¿cómo superamos ese peligro? Estamos en una pandemia sanitaria, económica y consecuentemente social. Y creo en el rol del empresario como reconstructor del tejido económico. Hoy el gran desafío de los empresarios es cómo sostener el empleo, a través de la reinvención de sus empresas en muchos casos. Los gobernantes y también una parte de la sociedad no debería atacar al empresario, sino sumarlo. Es el que tiene capacidad genuina y a largo plazo de invertir, asumir riesgo, crear empleo y encontrar oportunidades.
-Por la cuarentena hay muchas empresas que ya están cerrando…
-Por eso es importante generar puentes con el sector privado, porque no sabemos la cantidad de empresas que van a cerrar, hay realmente proyecciones muy complejas. Y las empresas que cierran son puestos de trabajo que no están, impuestos que no se pagan y por lo tanto son trabajo, salud, educación y justicia que no llega. ACDE tiene un rol clave que es tratar de ser puente y demostrar que se pueden hacer modelos colaborativos entre el sector empresario, los sindicatos, el sector gobernante a través de las políticas públicas y el sector social. Nadie se salvará solo. Lo dijo Francisco, estamos todos en la misma barca, tenemos que remar todos juntos. Buscamos que se reafirme el rol del empresario con valores, que sea honesto, transparente, que no explote a su gente, que cuide el medio ambiente, que se preocupe por la comunidad en la que está y que genere los bienes y servicios que la comunidad necesita para desarrollarse.
-¿Por qué cree que hay una visión negativa sobre los empresarios?
-Hay una sociedad y modelos de gobierno que han revalorizado el rol del Estado como el Estado protector, que lo soluciona todo. Y también hay una grave responsabilidad del sector empresario. Cuando un empresario comete un acto ilegal, un acto de corrupción, cuando explota a una persona, cuando despide por Zoom, no se afecta solo a ese empresario, sino a toda la actividad empresaria como una célula vital de la sociedad y en última instancia, afecta a la sociedad entera. Hay una responsabilidad compartida. El emprendedor es más amigable. Siempre le digo a los emprendedores “por favor que no me tenga que arrepentir de haberlos ayudado a nacer”.
-Usted habla de salir todos juntos…¿Por qué parece tan difícil?
-Hay una responsabilidad de los gobernantes en general y de la sociedad. Habría que pensar valores comunes en los que nos pongamos de acuerdo: honestidad, trabajar para la inclusión, la creación de valor para la sociedad del funcionario por su servicio como un servidor público y la del empresario con vocación hacia el bien común. Es necesario el diálogo cuando hay diferencias de opiniones, de vida, de circunstancias, de ideologías, pero si existe la vocación de hablar con la verdad se genera confianza.
-Muchos atribuyen a la falta de confianza el drama económico de la Argentina…
-Un profesor del MIT me dijo: “la confianza es aquello que hace que una persona frente a otra esté tranquila ante el otro sabiendo que aunque pueda, no lo va a dañar”. Tenemos que reconstruir esa confianza entre los distintos jugadores de este país. Esta vez los riesgos son muy serios.
-¿Lo dice por Vicentin?
-La decisión del Gobierno de intervenir en la empresa no fue una buena señal. Creemos que se está revisando esa medida. Pero realmente nos preocupó. Acá hay una ley de concursos y quiebras que dice que cuando una empresa no puede pagar sus deudas, pide entrar en concurso, se suspende la ejecución de las deudas y se le da tiempo a negociar. No entro en ninguna apreciación sobre el comportamiento de los accionistas, no los conozco, son temas separados. Habrá muchas empresas que tengan que ir a concurso de acreedores, por eso es muy importante acatar la ley de concursos y quiebras. Las entidades cumplimos un rol en alertar al Gobierno. Y además en aportar propuestas de solución. Respondimos con vocación de diálogo, esa es siempre la mirada de ACDE.
-¿Invitaron a los sindicatos al encuentro de ACDE?
-Si, por supuesto. Estamos realizando programas y proyectos en común porque los sindicatos son la empresa. Cada empresa es lo que son sus personas. Muchos sindicatos están tan preocupados como los empresarios por lo que estamos viviendo y se han dado cuenta de la importancia de trabajar en forma conjunta. Tenemos que hacerlos juntos.
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