Un consenso contra la pobreza

Compartimos columna de opinión de Juan Pablo Simón Padrós, Presidente de ACDE, sobre la situación de pobreza en nuestro país y las medidas posibles para erradicarla, publicada el viernes 24 de abril de 2015 por el diario Clarín.

La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, ACDE, desde hace tiempo puso como prioridad de la Argentina a la ocupación formal para poder contribuir a la erradicación de la pobreza en forma definitiva. Para ello no hay más alternativa que invertir en agricultura, ganadería, fábricas, caminos, puertos, servicios y todos aquellos sectores que tengan capacidad exportadora competitiva.

Todos esos esfuerzos se basan en educación de calidad para todos los argentinos y en instalaciones óptimas para elaborar bienes y servicios competitivos.

Pero también se logra apoyando a las microempresas familiares a través de marcos regulatorios especiales en materia de seguridad social, integración con el sector más dinámico y subsidiariedad financiera para fomentar la creación de empleos productivo sustentables.

Con los detalles y precisiones necesarios, el Foro de Convergencia Empresarial presentó en noviembre pasado las propuestas con el potencial de generación de empleos formales (http://convergenciaempresarial.org/docs/potencial_argentina.pdf).

La situación actual de la pobreza es una vergüenza para los dirigentes de un país que cuenta con reservas abundantes de alimentos, energía y minerales, inentendible salvo por la mala administración del bien común.

Las cifras de pobreza están afectadas por las mediciones de la inflación que hacen las diversas fuentes: salvo la cifra del INDEC (4,7 %), las demás fuentes la hacen oscilar entre 18% y 36% con un fuerte consenso de entre 25% y 29% (ex empleados del INDEC, UCA y CGT).

Se trata de una cifra enorme después de muchos años de contar con “viento de cola”. Recordemos a la salida de la convertibilidad la pobreza había llegado a 56% de la población y en 1983 se ubicaba alrededor de 6%. Ante esta realidad, urge consensuar algo básico: los gobiernos democráticos no pueden tolerar tener pobreza en la Argentina.

Los subsidios a la pobreza se justifican y son imprescindibles en el corto plazo, en momentos de crisis como en el 2002, pero no son la solución definitiva.

Se deben crear las condiciones de inversión para que todos los argentinos, empezando por los desplazados del actual modelo, puedan conseguir un trabajo formal acorde con su mejor capacitación. Debemos lograr tener una sociedad justa con igualdad de acceso a las oportunidades de desarrollarse.

Las políticas que tiendan a eliminar de manera efectiva la pobreza del país involucran medidas macroeconómicas pero también afectan a la seguridad social, los sindicatos y las empresas. El tiempo de las postergaciones ya pasó.

Juan Pablo Simón Padrós

Presidente de ACDE

 

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