«Más allá del negocio, empresas que se comprometen con las personas»

ACDE realizó la entrega de la XI Edición del Premio Enrique Shaw que reconoce a las empresas que ayudan a disminuir la deuda social.  Compartimos artículo escrito por Juan Pablo Simón Padrós, Presidente de ACDE, donde detalla los criterios principales que animan a esta distinción inspirada en la figura y accionar de Enrique.

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Hace pocas semanas desde la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) hicimos entrega del Premio ACDE Enrique Shaw a 12 proyectos que se destacaron por su impacto en el ámbito social y ambiental. Entre los ganadores hay empresas grandes, medianas y pequeñas que tienen, como denominador común, proyectos que buscan reducir la deuda social en las cuestiones más acuciantes para nuestro país.

El premio está inspirado en la vida y obra del primer presidente de ACDE, Enrique Shaw (1921-1962), quien se encuentra actualmente en proceso de canonización (www.enriqueshaw.com). Fue un joven empresario industrial argentino que durante muchos años promovió no solamente el rol de un empresario comprometido con su función primaria de llevar adelante un emprendimiento sostenible y generador de empleo, sino también el de uno que asuma la responsabilidad y la importancia que tiene en esa sociedad en materia de construcción del bien común.

En este sentido, nuestro primer criterio de evaluación de los proyectos es el de compromiso. Compromiso de los líderes y de los dirigentes de la empresa; no solamente de los directivos sino también de quienes lo llevan a cabo. Y ese compromiso se puede dar de distintas formas: desde decidir priorizar este programa o acción, decidir fondearla, o decidir ejecutarla.

Muchos de estos programas tienen que ver con la decisión de los empleados de involucrarse y comprometerse personalmente con tiempo, con esfuerzo. Este es el corazón de lo que para nosotros representa Enrique Shaw, dado que su compromiso siempre fue asumido en forma personal, con su ejemplo.

El segundo criterio tiene que ver con la replicabilidad. Buscamos programas replicables no solamente por la misma empresa en otros lugares sino también que puedan llegar a ser replicables por otras empresas. Enrique, en ese sentido también fue un firme promotor del compartir y de hacer una comunidad empresarial que incluyese no sólo a los dueños de empresa sino también los empleados, los obreros, la sociedad civil y el estado.

El tercer criterio tiene que ver con la innovación. Si algo distinguía a Enrique era su firme convicción de que el valor agregado que el mundo empresario le daba a la sociedad tenía que ver justamente con la capacidad de pensar distinto, de resolver problemas, de saber gestionarlos, de saber ejecutar. Tenía siempre una gran creatividad para con las dificultades que le tocó vivir, en tiempos que no eran fáciles para nuestro país y tampoco eran fáciles para su industria.

Y por último, el impacto, entendido no sólo con métricas cuantitativas sino también en métricas cualitativas.

En esta edición enfocamos el Premio en el impacto de las empresas para ayudar a cortar la deuda social que tenemos en el país. Y cuando nos referimos a la deuda social, nos referimos a aquellas cuestiones más acuciantes para nuestro país. Decidimos con el jurado comprender ese prisma ayudados a partir de la visión que le da el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, poniendo foco sobre las contribuciones concretas de las empresas en aquellas necesidades más críticas del corto plazo de nuestra sociedad -como la generación de empleo y oportunidades en personas excluidas, con miras a lograr un beneficio común en el largo plazo.

Se trata de un criterio que Enrique empujó, promovió y persuadió durante toda su vida.

Dirigiéndose a la comunidad empresarial manifestó: «Debemos tener conciencia social de los problemas, porque Jesús se ha ocultado en los pobres». La pobreza de aquellos años de la década del 50 no era la actual, pero esto no hace más que reafirmar la importancia que, desde el sector productivo privado, nos hagamos responsables también de lo que, de alguna forma, más nos llama la sociedad, lograr dar a nuestras empresas y emprendimientos un rostro humano.

Los ganadores fueron, en la categoría pymes, impacto en el ámbito social: Lenor en el primer puesto, Farmacias del Centro, en segundo lugar y Damasco y Proyecto de Luz (menciones especiales). En categoría pymes, impacto medioambiental fueron: Reciclarg Recycling Techology, primer premio, Cíclica (segundo premio) y Habitar Sustentable SRL(mención especial). En la categoría Grandes Empresas, impacto en el ámbito social: Arcor, primer premio, YPF, segundo premio, y Andesmar (mención especial). En la categoría Grandes Empresas, impacto medioambiental fueron: Unilever (primer premio y La Rural, segundo premio.

 

Fuente: Diario La Nación – Domingo 20 de noviembre de 2016
http://www.lanacion.com.ar/1957732-mas-alla-del-negocio-empresas-que-se-comprometen-con-las-personas