Queridos socios de ACDE:
La Palabra eterna ha asumido nuestra humanidad. Dios ha querido traducir a un lenguaje comprensible para nosotros las verdades más profundas de nuestro ser, del Cosmos y de Sí mismo. En el Niño de Belén, pequeño, frágil y vulnerable, nos revela cuál es el poder que es capaz de transformar toda la historia. Es el Amor. Celebrar la Navidad es reconocer que el Amor se ha encarnado y esto lo cambia todo.
Este descubrimiento, que podemos renovar cada año, nos invita a involucrarnos. Somos llamados a revestir de carne la imagen de Jesús que brilla en cada uno de nosotros. Esto significa poner en acción todo lo bueno que podamos desear para quienes nos rodean. Porque el Amor es mucho más que un mero sentimiento agradable, revestido convenientemente de rojo, verde y dorado para las fiestas. Es el compromiso de hacer de mi vida un regalo para los demás. Es elegir celebrar la vida de Jesús a través de su presencia en cada uno de los que me rodean.
La amplitud del ámbito donde celebraremos el misterio del Dios con nosotros dará su magnitud a nuestra alegría. Algunos buscarán solo su felicidad personal. Otros se animarán a buscar la de su familia y amigos. Como cristianos sabemos que todo prójimo nos abre a la posibilidad de celebrar el nacimiento de Jesús. Como integrantes de ACDE, vivamos en estos días la alegría de llevar a nuestras empresas y ámbitos laborales la Buena Noticia: ¡Nos ha nacido un Salvador!
¡Muy feliz Navidad para todos ustedes y sus familias!
¡Que el Señor los bendiga con su Paz!
Padre Daniel Díaz
Asesor Doctrinal de ACDE