Así lo manifesto Rosendo Fraga en el pasado Foro Almuerzo celebrado el 8 de mayo de 2015.
Les compartimos los principales conceptos de su disertación:
“En las últimas cuatro elecciones presidenciales de América del sur ganó el Gobierno de turno. En 3 de las 4, Brasil – Uruguay – Colombia, un mes y medio antes de la elección, iba ganando la oposición. El Gobierno actual puede ganar la elección. Hoy tiene un 40% de imagen positiva de gestión a nivel nacional. Normalmente, quien está en el poder, sea nacional o provincial, tiene más posibilidades de ganar su territorio. Un ejemplo reciente ha sido las PASO en Mendoza. Con una economía regional débil y una gestión deficiente, las listas unificadas del justicialismo sacaron un 40%. Esto es un reflejo de lo que puede pasar en el plano nacional.”
“Es cierto que tener conciencia de que el gobierno puede ganar, generaría chances en la oposición de tener una estrategia ganadora. El 10 de junio cierran las alianzas y si Massa con el 20% y Macri con el 30% van por separado, diría que gana el gobierno, con un Scioli más otro candidato K llegando al 40% y con chances de marcar 10 puntos de diferencia, para ganar en primera vuelta. Una estrategia de presentación conjunta de toda la oposición compitiendo en las PASO, generaría otro escenario, mucho más competitivo para ganarle al gobierno. La competencia debería ser en esta instancia, esto sumaría más votos que si tuviesen un acuerdo previo en la misma fórmula.”
“La política es muy dinámica, a cambios del contexto hay que responder con ajustes de estrategia. La del gobierno se asienta en su poder y en contar siempre con iniciativa política para responder en forma inmediata a los cambios del tablero político. Hasta hace 45 días era imposible pensar que el Gobierno podía ganar, pero ha superado varios obstáculos y pareciera que se encamina a una estrategia ganadora. Hoy es posible.”
“CFK está al frente de la campaña. Su objetivo es entregar el gobierno pero no el poder (discurso de Máximo K, septiembre 2014). Desde entonces han construido una estrategia en ese sentido. La historia y el análisis político no sirven, en esta oportunidad, para interpretar la concepción política de CFK. El tradicional concepto de “pato rengo” (lame duck) para el último año de gobierno de un presidente sin reelección, no aplica en el caso de CFK: el año pasado marcó un récord de leyes promulgadas en el Congreso, en relación a otros años, incluyendo su período anterior.”
“Actualmente, hay montada una ingeniería de poder sin precedentes, los principales resortes del Ejecutivo, Legislativo y Judicial (AFIP, Banco Central, ANSES, nueva SIDE, mayoría en el Senado, buen número de diputados, Procuradora General, etc.) están en manos del Gobierno con mandato mínimo por otros 4 años. Todos los gobernadores e intendentes del justicialismo que responden al gobierno, intentan quedarse otro período, o sea que apoyan al gobierno para su renovación. Esta situación, en el caso de ganar un candidato no K, impactaría en la gobernabilidad”.
“Si bien la polarización favorece a Macri, no alcanza la alianza PRO/radicales para ganar, ya que tendrá un tercio en Senado y Diputados, lo que sería una situación peor que la de Alfonsín y De la Rúa para gobernar. Los votos radicales representan el 10% del electorado. El candidato a presidente arrastraría a aquel para gobernador de la Provincia de Bs. As., ya que las elecciones son simultáneas, con lo que Macri necesita una “pata peronista” en BA para aumentar sus chances en esta provincia clave para ganar la elección nacional.”
“Existen en la Argentina dos circuitos políticos, el distrito grande, las 5 provincias grandes (Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Córdoba, Mendoza) y el distrito chico, el resto de las provincias. La cultura del distrito chico ha dominado la política nacional en los últimos 25 años, y los principales candidatos de la coalición trunca del 2013 (Massa, Scioli, Macri, De Narváez) se han desplegado y dominan hoy las principales candidaturas. Es un antecedente para sumarse en octubre.”
“Si gana el Gobierno en octubre evidencia la incapacidad de los dirigentes de la oposición de formar una coalición opositora capaz de ganar. Es importante diferenciar entre alianza, sólo creada para ganar una elección y coalición, pensada para gobernar. Existen muchos temores de que gobierne una coalición, porque no hay historia en nuestro país, sólo la mala experiencia de la Alianza.”