Por una dirigencia empresaria movilizada para el Bien Común

Queridos socios y amigos de ACDE:

Concluido el proceso electoral de este año, creo que es un momento oportuno para retomar el contacto y acercarles algunos pensamientos vinculados a lo que viene. Todos tenemos en claro las dificultades y desafíos que tiene nuestro país, en particular en el plano económico y social; no es necesario que abunde en ello. Pero quisiera destacar algunas cuestiones que a mi juicio son también relevantes para el futuro.

No es menor, a la vista de lo que sucede en muchos países de la región y del mundo, que el proceso electoral, con sus tensiones y discusiones habituales, haya transcurrido en paz. Es también un dato positivo que el gobierno saliente haya reconocido los resultados con grandeza, convocando a una transición ordenada y serena, con las autoridades entrantes.

La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa celebra el diálogo entre los presidentes electo y en ejercicio, ya que creemos que el encuentro de los argentinos es el único camino para el futuro de nuestra nación. Aquí reside el valor de la democracia y ACDE celebra el pleno ejercicio de sus valores más profundos: el respeto a mayorías y minorías que establece la voluntad popular.

Los empresarios estamos dispuestos a poner manos a la obra e invertir, emplear, formar y crear valor. Ese será nuestro principal aporte: crear valor que dé trabajo, genere demanda y desarrolle a nuestra sociedad. Para ello necesitamos condiciones razonables, reglas claras e imperio de la ley, que arbitre justamente los diferendos.

Los empresarios cristianos creemos en que la economía tiene al hombre en el centro, y que el trabajo digno lo proyecta a la transcendencia. Es indispensable que durante esta transición los diferentes dirigentes de la sociedad se centren en los más necesitados, puesto que la actual situación económica nos tiene a todos urgidos y paralizados, pero la mayor urgencia la tienen los desprotegidos.

Aspiramos para ello que nuestro país logre consolidar equilibrios y liderazgos necesarios, con mirada de largo plazo, para alcanzar consensos imprescindibles para el desarrollo sostenible de nuestro país.

ACDE cree en una dirigencia empresaria movilizada en la búsqueda del Bien Común. Los cristianos no podemos ser indiferentes al hambre y a la pobreza. Menos aún en la proximidad del Adviento y de su culminación: la celebración de la Navidad. Es nuestro deseo que todas las familias argentinas puedan celebrarlas adecuadamente y con esperanza. Pedimos al Señor ilumine a nuestros gobernantes, inspire a los dirigentes y proteja y bendiga al pueblo argentino para que recupere pronto el camino del desarrollo.

Un saludo cordial,

Juan Vaquer
Presidente