Gonzalo Tanoira: “Argentina es como una fábrica de huevos en la que a veces quieren matar a la gallina que los produce”

19.05.2020 | Clarín. Economía | Autora: Silvia Naishtat

Su tatarabuelo fue Otto Bemberg, creador de la industria cervecera en la Argentina. Su abuela, la cineasta María Luisa Bemberg y su padre, el polista Gonzalo Tanoira. Apenas se recibió de licenciado en Administración y tras un master en Wharton School en Estados Unidos, y siguiendo la tradición en una familia, ahora con 200 miembros en 20 países, Gonzalo Tanoria hijo, de 50 años, empezó su carrera en bancos y en la consultora Booz Allen antes de que su tío, Carlos Miguens, lo convocara para Quilmes. Era el año 2004, justo cuando se concretaba la venta al grupo Brahma. Actualmente, Tanoira es director de tres empresas de la familia, la citrícola San Miguel, el grupo Peñaflor que lidera en bebidas y se ocupa del banco Quilvest que el grupo Miguens-Bemberg posee en EE.UU. y Europa. Este lunes, Tanoira fue elegido presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (Acde), una institución empresaria de enorme peso e influencia. Tanoira es conocido por ser promotor de retiros espirituales en los que participan empresarios, políticos de distintos credos y sindicalistas. Pero la semana pasada su nombre estuvo ligado al grupo Resetear que saltó a la fama por distintas iniciativas, como la que unió a los economistas Daniel Marx, Marcos Buscaglia, Marina Dal Poggetto y Fernando Marengo para evitar el default. Clarín lo entrevistó ayer vía zoom.

-¿Qué lo impulsó a buscar una propuesta sobre la deuda?

-El espíritu de colaborar de buen tono con el gobierno. Ahora en mi rol de presidente de Acde, he dado un paso al costado en el grupo Resetear. Pero entendemos que es clave no entrar en default. Y quisimos dar el mensaje de que el mundo empresario apoya mejorar la oferta, que se llegue a un acuerdo, en volver a ser parte del mundo, y estar dentro de un mercado de capitales con tasa cero, donde países como Perú consiguen financiamiento a 6 años al 2% anual, lo que ayuda a la reconstrucción. Argentina va a necesitar financiamiento para la salida de esta pandemia.

-¿Qué le preguntan los accionistas y también sus familiares sobre la Argentina?

-Somos una familia con más de 100 años en la industria, con capacidad de reinventarnos y de invertir lo producido de las ventas de nuestras empresas en el país. Los inversores siguen de cerca y nos piden que le demos las razones que muchas veces son difíciles de encontrar. Argentina es un país que oscila entre combatir el capital o atraerlo. Nosotros actuamos con valores y en el esfuerzo de conjugar esos valores para generar empleo y bienestar.

-El gobierno de Alberto Fernández, ¿combate o atrae al capital?

-Creo que está haciendo un buen gobierno y aclaro que no lo voté. Algunas cosas podrían ir mejor. Se encuentra en un momento muy crítico. Y todavía no hemos visto el plan. Creo que Argentina es como una fábrica de huevos en la que muchas veces existe la tentación de matar a la gallina que los produce. No hay margen de maniobra para nuevos experimentos. Tenemos que pensar todos constructivamente. Y el gobierno, sentarse con el sector privado y los sindicatos para tratar de encontrar la luz al final de este túnel.

-¿Cuál es el escenario que imagina en medio de esta pandemia?

-Es un momento único para buscar soluciones novedosas e imaginativas, cambios de paradigmas. Tenemos que centrarnos en dos principios, la reconstrucción del sector privado, que va a quedar lleno de deudas, con un tendal de empresas muertas y alto desempleo. Argentina no puede perder ese espíritu emprendedor que fundó el país. Y necesitamos estar unidos, sentarnos, olvidarnos de la grieta y entender las necesidades del sector público, las del privado y generar acuerdos. El país necesita reinsertarse para una nueva oportunidad.

-¿Los empresarios están realmente dispuestos a sentarse en esa mesa?

-Creo que tenemos que debemos hacernos una verdadera autocrítica. Y salir de la posición de creer que se es dueño de la verdad. Hay que entender el estrés por el cual están pasando las autoridades del gobierno, lidiando con una pandemia de estas características. Y a su vez desde el Gobierno, se debe entender también el estrés del sector privado que debe afrontar el pago de sueldos con ventas que cayeron a cero.

-Según su criterio, ¿existe la antinomia salud vs. economía?

-Los países como el nuestro, que entraron a cuarentena, ayudaron a mitigar las muertes. Pero es cierto que la salud en este caso está inversamente correlacionada con la economía y que a menos muertes hay más desempleo. Nosotros estuvimos bien con la decisión de la cuarentena. Nos encuentra mejor preparados que los países de Europa. Pero ninguna economía puede estar paralizada tanto tiempo. Vamos a tener que encontrar la manera, ya que la vacuna no estará lista hasta el año que viene. Hay que buscar cómo volver a producir con protocolos estrictos. Si lo pudieron hacer las industrias esenciales, se puede.

-El drama es el transporte público como gran foco infeccioso…

 -Eso ocurre si lo abrimos de golpe. Tenemos que evitar los cuello de botella de manera imaginativa, con nuevos horarios y el compromiso de las empresas de contratar remises, combis y autos del alquiler. Hay que buscarle la vuelta. La situación es tan difícil que cuesta encontrar ejemplos, se está escribiendo la historia sobre la crisis.

-Acde presentó una propuesta de salvataje a pymes al ministro Kulfas, ¿la puede sintetizar?

-Devolución de las retenciones y saldos a favor en ARBA, AFIP, AGIP, utilización de todo saldo impositivo a favor como de libre disponibilidad. También planteamos postergar 90 días los pagos de IVA, ingresos brutos y tasas. Y suspender ejecuciones, embargos y cobranzas judiciales o extrajudiciales del Estado por 6 meses, además de dejar sin efecto los pagos de anticipos.

-¿Cómo cree que se podrá reconstruir el mercado laboral?

-En Acde creemos que despedir es la última opción. Con espíritu cristiano sostenemos que hay que explorar otras alternativas. La industria automotriz nos da un buen ejemplo de cómo se reconvirtió desde la Argentina para ser competitiva y generar empleo. Y la educación tiene un rol central. Pero tenemos que sentarnos todos a la mesa.

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